Agresores y
víctimas
Los
estudios realizados acerca de la violencia en la escuela señalan que tener
amigos y ser aceptado son factores protectores frente dicho fenómeno.
A
continuación presentamos los antecedentes y características que presentan, en
general, los niños que ejercen o sufren la violencia:
Víctima pasiva
- Situación
social de aislamiento. Con frecuencia no tiene un solo amigo entre sus
compañeros. Presenta dificultad de comunicación y baja popularidad.
- Conducta
muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad, alta
ansiedad, inseguridad y baja autoestima. Existe una tendencia a culpabilizarse
de su situación y a negarla por considerarla vergonzosa.
- Cierta
orientación a los adultos, relacionada con una posible sobreprotección
por parte de la familia.
Víctima activa
-
Situación social de aislamiento e impopularidad.
-
Tendencia impulsiva a actuar sin elegir la conducta más adecuada a cada
situación. Disponibilidad a emplear conductas agresivas, irritantes,
provocadoras. A veces, las víctimas activas mezclan este papel con el de
agresores.
- Un rendimiento
peor que el de las víctimas pasivas.
- Parecen
haber tenido, en su primera infancia, un trato familiar más hostil,
abusivo y coercitivo que los otros escolares.
- Situación
más frecuente entre los chicos. Pueden encontrarse en ella, con frecuencia,
los escolares hiperactivos.
Agresores
- Situación
social negativa, siendo incluso rechazados por una parte importante de sus
compañeros, aunque están menos aislados que las víctimas y tienen algunos
amigos que les siguen en su conducta violenta.
-
Tendencia a la violencia y al abuso de fuerza. Impulsivos, con escasas
habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración, dificultad para cumplir
normas, relaciones negativas con los adultos y bajo rendimiento.
- Carecen
de capacidad de autocrítica, lo que se traduce en una autoestima media o
incluso alta.
- Ausencia
de una relación afectiva cálida y segura por parte de los padres, sobre
todo de la madre. Tiene dificultad para enseñarle a respetar límites y combina
la permisividad ante conductas antisociales con el empleo de métodos
coercitivos (incluido, en ocasiones, el castigo físico).
- Podría
establecerse una división entre agresores activos, que son lo que
inician y dirigen la agresión; y agresores pasivos, que son los que les siguen
y animan y que presentan problemas similares, aunque en menor grado
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